La raíz de tu nombre secreto.

Hay un nombre que nunca pronuncias.  Uno que no está en tus documentos ni en las cartas de amor. Es el nombre que susurra tu alma cuando sueñas, cuando cierras los ojos y te reconoces. Ese nombre no lo eligieron tus padres: lo eligió tu alma antes de descender.

Llamarte por ese nombre es un acto sagrado. 

No es un sonido: es una vibración. Y cada vez que te nombras desde el juicio o el dolor,  estás empolvando de olvido ese nombre secreto.

Este blog es una llave. Una puerta. ¿Te atreves a pronunciarlo, aunque no sepas cómo suena?

Hoy, escribe tu nombre completo. Léelo en voz alta. 

Y después, cierra los ojos y di: 

“¿Cuál es mi verdadero nombre? ¿A qué vibración pertenezco?” 

Y espera.

La respuesta no vendrá como voz. Vendrá como certeza. 

Como un escalofrío. 

Como un sí en tu estómago. 

Como un “ya lo sabía”.

¿Has sentido alguna vez que hay un nombre más profundo dentro de ti? 

Cuéntalo o simplemente siéntelo. Estás más cerca de recordarlo.